El desarrollo auditivo inicia en el embarazo y termina a los 18 meses de edad. Es en este último periodo se establecen el 80% de patrones de lenguaje. Gracias a la estimulación auditiva, los bebés logran el desarrollo de la comunicación oral con el medio que les rodea. Cuando existe una pérdida de audición, se produce un retraso en el desarrollo del lenguaje hablado, dificultades en el desempeño escolar y deficiencias en el aprendizaje, derivado de la falta de estimulación a través del canal auditivo. La pérdida de audición se puede detectar desde los primeros días de vida, sin embargo, es una condición que puede pasar sin ser detectada por padres y acompañantes, incluso hasta después de los 3 años de vida, cuando ya ha pasado un tiempo muy valioso para el desarrollo de habilidades de lenguaje oral. La detección temprana permite identificar de manera oportuna las posibles alteraciones en la audición de su bebé, a través de pruebas objetivas, rápidas, indoloras y precisas. Si la deficiencia auditiva es detectada e intervenida a tiempo, se minimizan o evitan sus posibles consecuencias.
Existen pruebas audiológicas mediante las cuales se detecta tempranamente la presencia de perdida auditiva en recién nacidos. La detección temprana permite identificar de manera oportuna perdida auditiva en los bebé. Si la pérdida auditiva es detectada e intervenida a tiempo, se minimizan o evitan desordenes en el desarrollo del lenguaje hablado, dificultades en el desempeño escolar y diferencias en el aprendizaje.